¿Debo usar una oferta para negociar en mi trabajo actual?

Recibiste una oferta de otro empleo, y una de tus opciones es usarla para negociar en tu trabajo actual. Puedes estarlos considerando por varias razones: tal vez no deseas realmente cambiarte, sino solo buscas un aumento de sueldo, o el riesgo de tomar esa oferta es alto. Puedes, claro, ir con tu trabajo actual y negociar, pero hay varios temas a considerar, no siempre es necesario mencionar que tienes otra oferta. Además, mi consejo de base de todo este artículo sería: solo menciona la contraoferta si estás dispuesto/a a tomarla, para que asegures que en este proceso no pierdes integridad, y nunca hay la percepción de manipulación. Claro, este es un consejo que tiende a la prudencia: prioriza la relación con tu supervisor y la empresa y tu reputación, por encima de intentar negociar algunos puntos porcentuales más, puedes ser más audaz si lo deseas, pero conlleva riesgos.

Es importante mencionar que en realidad, la negociación siempre está abierta – aun si no la sugieres directamente-, ya que si tu «avisas» que ya te vas, sin dar pie a la negociación, a tu empleador le puede convenir retenerte, y preguntarte si necesitas algo para quedarte. Por lo mismo, aunque no sea tu objetivo quedarte, llega preparado/a a esa conversación, habiendo determinado qué compensación o condiciones necesitarías para rechazar la nueva oferta sin remordimientos.

Si la negociación siempre se puede abrir, lo que cambia es qué tan abiertamente la sugieres tú, o si esperas o insinúas que la otra parte tome la iniciativa. Aunque dejar que ellos lo propongan deja la negociación un poco fuera de tu control, puede convenirte ser más sutil (a) si te «da igual» irte en caso de que no contraoferten, o (b) si sientes que se puede dañar la relación si pides una contraoferta directamente. El tema aquí, de nuevo, es que debes estar dispuesto/a a tomar la nueva oferta si las cosas no salen como quieres. Esa oferta debe ser una alternativa real y viable para ti.

Las condiciones que necesitas tener para poder iniciar la negociación son:

  • Estar dispuesto/a a irte si no se cumplen ciertas condiciones mínimas. ¿Pides 10, buscando 5, y te ofrecen 3? Se va a ver raro si aceptas 3, porque se asume que tu oferta por fuera es de 10, si no, ¿por qué lo pedirías? Si te «cachan» en el bluff, podría dañar la relación laboral o la confianza, dañando tus posibilidades a futuro.
  • Idealmente, justificar la solicitud de aumento salarial en función del aumento de responsabilidades y tareas, lo que hace que estés pidiendo un ajuste de sueldo, no un aumento. En caso de que pidas un aumento por las mismas funciones, hay varios riesgos que deberás evaluar qué tan presentes están en tu caso:
    • Que la empresa te lo dé, y te molestes porque «te estuvieron viendo la cara» todo este tiempo. Si me podían pagar 10 y no 8, por todo este tiempo, y acceden solo porque amenazo irme, ¿no es como si me hubieran estado sub-pagando todo este tiempo? Racionalmente, 10 siempre será mejor que 8, pero los seres humanos no podemos evitar meter un sentido de justicia en nuestras evaluaciones.
    • Que la empresa te lo dé porque no te quiere perder en ese momento, pero dañe la relación de confianza, que «te lo dé a regañadientes».
    • Que no te lo dé. En este caso, deberías estar dispuesto a irte, de nuevo, solo menciona la contraoferta si estás dispuesto/a a tomarla. Si no te lo da y te quedas, puedes quedarte resentido/a, minando tu motivación, o la empresa puede dudar de tu motivación y prospectos en el largo plazo, es decir, que asuman que estás ahí solo mientras «encuentras algo más» y ya no cuenten realmente contigo.
    • Por todo lo anterior, puede ocurrir que las empresas tengan una política de no contraofertar cuando un empleado/a recibe una oferta laboral, intenta averiguar si es el caso de tu empleador/a, antes de tocar el tema.

Es crucial considerar el impacto en la carrera a largo plazo y la percepción de lealtad hacia la empresa, tanto en la decisión de hacer la petición o no, como al decidir el tono y las palabras que usarás para comunicarlo. Una negociación mal manejada podría limitar tus oportunidades crecimiento, podría lastimar la confianza con tu supervisor/a y la relación de trabajo a largo plazo.

Por otro lado, siempre digo, este es un mercado laboral, no un matrimonio laboral. La lealtad debe ser hacia ti, tu bienestar y tus metas personales, si una oferta es too good to pass up (en lo económico y en lo intangible!), no la dejes ir. Que no te detenga la lealtad hacia un equipo, proyecto o jefe, a menos que sea estratégico para tu carrera quedarte. Recuerda que es el trabajo de la empresa ofecer una compensación adecuada con el tipo de talento que requiere, y si no ofrece lo suficiente, ¿por qué habrías tú de subsidiarle sus planes, a costa de los tuyos? Si tienes una buena razón, adelante, pero al final, te debe convenir.

Aunque suelo ser muy prudente, recuerda que en temas laborales a veces toca tomar riesgos calculados para avanzar, si no, podrías estancarte. Si sientes que tu compensación actual no valora tu contribución de manera justa, no tengas miedo de afirmar tu valía. A veces, tomar una oferta externa como un trampolín puede ser la sacudida necesaria para conseguir el reconocimiento y la compensación que buscas. No subestimes tu valor y no tengas miedo de exigir lo que vale tu trabajo, (pero siempre con datos del mercado laboral). La audacia también es una cualidad que abre oportunidades. Es tu decisión 🙂

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